Mitad francés, mitad español, cruce genético de las dos grandes dinastías rivales de Europa. Hijo de Luis XIII de Borbón, llamado también el Rey justo, y de Ana de Austria, infanta española...
Su matrimonio con la infanta María Teresa de Austria, concertado en la histórica entrevista de la isla de los Faisanes, en 1660, creó otro vínculo renovado entre las dos dinastías: la de Habsburgo y la de Borbón... Luis XIV fue un monarca admirado, y también combatido y criticado acerbamente por sus enemigos dentro y fuera de las fronteras de Francia. Luis XIV hizo del conjunto palaciego de Versalles, invención suya, centro geográfico de la monarquía y cabeza visible del Estado francés. Quiso simbolizar el rey en aquellos inmensos y singulares grupos de edificios, rodeados de jardines y parques, de una belleza suprema, la majestad de la Corona y el carácter absoluto y omnímodo del poder real...
Buscando los emblemas simbólicos para representar, con fidelidad adulatoria, la figura del monarca, los arquitectos y artistas franceses de aquel siglo eligieron el sol como atributo de la grandeza de Luis XIV, equiparándolo al astro de nuestra galaxia... En el centro de las esculturas del sol irradiante, los tallistas colocaron la efigie de Luis XIV en mármoles, bronces, vitrinas, maderas nobles y tapices como otro dios del repertorio de las mitologías clásicas del paganismo grecorromano. (J. María de Areilza)